Fuentes recientes indican que 54,4% de los habitantes de América Latina usaron Internet en el 2015. Esto significa un 20% más que en el 2010. Por ello, se pronostica que más del 80% de la región adopte esta tecnología en el año 2020.

Estos datos auguran una revolución en las comunicaciones de la región. Ante esta perspectiva, los oriundos de zonas extendidas desde México hasta la Patagonia deben ponerse al corriente en cuestiones tecnológicas.

¿Qué cambios se avecinan ante este auge informático en la región?

Se convierte, el internet, en interacción cotidiana. Los amigos canjean fotos.  Las personas se conocen, traban camaradería y hasta se enamoran por las redes sociales. Los familiares residenciados en sitios remotos ― Cancún y Buenos Aires, por ejemplo― reciben noticias mutuas gracias a la web.

El medio académico también se nutre de la informática. Los profesores suministran datos a sus alumnos por correo electrónico. Las tareas ya no se imprimen en papel; sino que se entregan en formato virtual. También, sucede que decenas de universidades de México, el Caribe, Brasil, la zona andina o el Cono Sur imparten cursos a distancia, es decir, no usan salones sino plataformas digitales.

Por otra parte; las transacciones bancarias, así como el pago de impuestos o seguros, igualmente se efectúan en la red. Sumado a todo lo anterior, sucede que las contrataciones laborales también se valen de este medio: muchas empresas entrevistan a sus candidatos mediante videoconferencias. Además, se multiplican los trabajos a distancia, en los que todo compromiso entre empleado y contratante se pacta en senderos informáticos.

Ante este cúmulo de evidencias, cualquier latinoamericano sin Internet es un ciudadano en desventaja. Al no contar con este servicio, se arriesga de perder contacto con familia y conocidos. De igual forma, cuenta con menos opciones académicas y desaprovecha opciones laborales.

¿Cómo penetra internet en América Latina?

En los hogares latinoamericanos, la mayoría de los servicios web no se difunden por telefonía; sino como valor agregado en la televisión por cable. Sucede esto porque en la América Central y del Sur predomina el gusto por programas de humor, telenovelas, caricaturas y concursos en señales televisivas.

Por otra parte, las grandes televisoras de esta zona se han percatado de la inutilidad de competir con la web. Por esta razón, prefieren aliársele. De este modo, aplican la moraleja de que si no puedes contra algo… ¡Únetele!

Teniendo en cuenta lo antes dicho, los ciudadanos de latinoamérica deben integrarse al universo de las nuevas tecnologías, aunque sin extraviar sus costumbres ni estilos de convivencia. Por esta razón, empresas como CablevisiónFibertel armonizan la oferta de los servicios de la televisión tradicional junto a modernos combos de comunicaciones.

Se trata de paquetes que incluyen canales y suman cierta cantidad de megas disfrutables desde la comodidad de un PC de escritorio. Es así como la informática se pone al alcance de todos los latinoamericanos: combinada con la diversión televisiva y como oportunidad que no se debe desperdiciar. El Internet, hay que recordar, no es una mera distracción; sino una valiosa herramienta profesional y de estudio.